¿Puede existir alguna relación entre el amor y aprender idiomas? Si no la ves es que estás más que ciego, por amor no sólo hemos bailado bajo la lluvia o hecho cosas sin sentido, ¡también hemos aprendido a hablar en otros idiomas! ¿Alguna vez has estado enamorada de un apuesto extranjero? ¿Has sentido mariposas en el estómago al ver a una chica de fuera? El amor puede catapultarte a la hora de aprender, porque te da la motivación que de verdad necesitamos.
Supongo que muchos de quienes me
conocéis personalmente os estaréis llevando las manos a la cabeza, ¡Paco
hablando de amor! Pues sí, voy a hablaros de amor, y también de sexo, y de las implicaciones
que puede tener (y que de hecho tiene) para conseguir nuestro objetivo, hablar
un idioma. Supongo que ahora quienes me conocéis me vais pillando un poco
mejor.
Además, me comprometí a publicar
un post con una e-lesson como esta una vez por semana, y esta semana esta es la
segunda tras “aprende disfrutando”. Bueno, de vez en cuando seré generoso y
publicaré más de una por semana, ésta lección la puedes considerar como un
regalo de San Valentín.
Homo Sapiens; el amante
El idioma es en esencia una
herramienta para sobrevivir, esa supervivencia se realiza mediante la permanencia
al grupo en términos del ser humano como animal. Bien, una vez que hemos
sobrevivido, que hemos comido, que hemos pertenecido a un grupo, nuestro
instinto de conservación de la especie nos lleva a la procreación. Como
mamíferos que somos, necesitamos a una persona del sexo opuesto, y como es algo
instintivo, si para acercarnos a esa persona hemos de aprender a hablar un
idioma diferente, pues que así sea. Nos pondremos manos a la obra, con una
fuerza y unas ganas pocas veces vista. Te aseguro que si un chico de catorce
años está flirteando con una chica de su misma edad, pero que habla otro
idioma, pondrá mil veces más atención a la chica de la que jamás ha puesto o
pondrá en clase.
Pero seamos justos, ya no somos
sólo ese homo sapiens del Pleistoceno. Somos seres culturales, con una memoria
histórica que nos influye, con gustos propios, hemos comprendido la
homosexualidad y los romances no se ciñen al concepto reproductivo, somos
románticos, escribimos poemas… bien, todo eso es cierto, sin embargo; el Gigante
Dormido aún no lo sabe.
El Gigante Dormido es tu
subconsciente, y la parte mayoritaria de tu cerebro. Nuestra mejor herramienta
para trabajar el estudio de idiomas. ¿Por qué? Lo veremos la semana que viene
en la e-lesson del Gigante Dormido. Por ahora te adelanto que el Gigante
Dormido está sólo dormido a veces, y que cuando se manifiesta es atronador.
Subconscientemente todavía viven en nosotros muchas de las estrategias de
supervivencia de la prehistoria. De eso trata el método Thinking Languages!, de
aprovechar lo bueno y lo malo, lo nuevo y lo viejo.
¿Cómo beneficiarme de ese Gigante
Dormido? Muy fácil, intenta flirtear, ligar, enamorar, escribir poemas, tener
citas, chatear de forma romántica en internet o cualquier otra cosa con la
persona que te apetezca, pero en el idioma que estás aprendiendo. Ligar en el
idioma que estudias es una herramienta de lo más eficiente.
Lo siento, soy una
persona casada… pero…
Bueno, casi todo lo anterior era
pensando en gente soltera, claro está. Pero (y ese es el “pero” del título) aun
teniendo pareja me puedo beneficiar de este método, y lo más importante, seguir
siendo fiel. Que nadie piense que estoy hablando de infidelidades en un post
tan romántico como este.
Si tienes pareja, no importa, al
igual que tampoco importa que tu pareja no hable el idioma que estás
estudiando. Sí, es cierto que sería mucho mejor, bien, pero no es
imprescindible. Una de las características del Gigante Dormido es que podemos
engañarle fácilmente, puesto que como veremos la semana que viene, no distingue
la realidad de la ficción. Eso quiere decir que si le hacemos creer que una
bonita carta de amor a nuestra pareja debe estar en nuestro segundo idioma,
¡pues se lo creerá!
Puede parecer algo tonto, bueno,
ya lo iremos conociendo mejor, pero el
que sea así nos ayudará a sobrevivir, y nos ayudará a aprender idiomas. Si le
ponemos la misma pasión a nuestro pensamiento cortejando, escribiéndole o
hablándole a nuestra pareja, nuestro subconsciente lo creerá y actuará de la
misma forma.
Venga, no te hagas de rogar y
escribe una carta de amor a tu San Valentín en el idioma que pronto hablarás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario